Las luces de navidad hace ya un
tiempo que vienen engalanando e iluminando las calles de nuestras localidades.
Unas luces colocadas en algunos casos con un mes de antelación al comienzo de
las fechas navideñas, bajo la excusa fundamental de animar las compras en los
comercios, unas compras que difícilmente llegarán a cubrir las expectativas
buscadas porque en primer lugar, las medidas legislativas no paran de impulsar a
las grandes superficies que atentan contra el pequeño comercio y por otro,
porque para que haya consumo, se ha de tener dinero para poder consumir, y las
dos últimas reformas laborales, una del PSOE y otra del PP, ambas en plena
crisis, han incidido, especialmente la segunda, en reducir la capacidad salarial
de los trabajadores, para poder competir con los países
que tienen una mano de obra mucho más barata que España.
La semana pasada el Grupo
Parlamentario de la Izquierda Plural, presentó una iniciativa en el Congreso al
objeto de que se adoptaran por el Gobierno del Estado medidas urgentes para
hacer frente a la “pobreza energética”, ese término utilizado para no llamar
por su nombre a lo que es una tragedia, consecuencia de los niveles de pobreza alcanzados
en España, que impiden ya a muchas familias pagar la luz y la calefacción. El
Partido Popular votó en contra y se quedó sólo, una vez más, con su mayoría
absoluta y su ultraliberalismo económico, mostrando una falta de sensibilidad
hacia los problemas de los más necesitados que, francamente, ya no sorprende
pero asusta. Porque mientras todo esto pasa y nos metemos de lleno en las
navidades, sabemos, sin que le importe lo más mínimo a nuestro gobierno, que
entre las tres empresas europeas energéticas con más beneficios, dos son
españolas. O que ENDESA ganó en el primer semestre del año 1.114 millones de
Euros y que el Presidente de Iberdrola ganó 6,27 millones de euros sólo en 2012.
Entramos también en estas fechas sabiendo que nuestros ayuntamientos, con el
ánimo de mover el triste bolsillo de la mayoría de los trabajadores y fomentar
el consumo navideño en beneficio fundamentalmente del pequeño comercio,
bastante necesitado de alegrías y ayuda, pagan generalmente la totalidad de la electricidad
de las luces navideñas, mientras el gobierno central es incapaz de garantizar
un mínimo de luz y calefacción para quien
no tiene recursos suficientes para ello. Luces en las calles para consumir y
oscuridad y frío en los hogares para vivir. Ricos más ricos y pobres más
pobres. Capitalismo en estado puro.
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