martes, 2 de julio de 2013

El Despropósito de los cambios ferroviarios.

En el día de ayer, uno de julio, entró en funcionamiento la nueva situación creada en el Estado y en Aragón, de recortes ferroviarios de media distancia consecuencia de la declaración de ciertos trenes como Obligación de Servicio Público, dejando fuera de esta obligación a un número importante de servicios, servicios que han sido abandonados por el Estado. Como todos sabemos, la reducción en Aragón ha sido importante, pero la misma se ha paliado debido a que el Gobierno de Aragón ha decidido poner dinero, hasta 6 millones de Euros para pagar algunos de los recortes aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Lo cierto es que más allá de que creemos que el Gobierno central debería haber asumido la totalidad de los servicios en Aragón, aunque sólo hubiera sido como justa compensación a los recortes ferroviarios de años como sucede en la línea de Monzón o Binéfar, o simplemente por la falta de inversión y casi abandono de otras líneas como la de Canfranc o Teruel, lo cierto es que esto no ha sido así y que el Gobierno de Aragón soltará el dinero por unos trenes, en una especie de aceptación de competencias que no cuenta con el dinero que la acompaña y que además le cuesta mucho dinero.


Pero lo más triste es que todo ese proceso de negociación, ni tan siquiera ha tenido la delicadeza de posponerse en el tiempo hasta que fuera necesario y por ello, usuarios del tren que consultan en la web de RENFE, ven que unos trenes han dejado de transitar (los que iba a dejar de pagar Madrid) e incluso llamando al teléfono de atención de RENFE, se les dice que no circula y sin embargo, el tren circula porque el Gobierno de Aragón lo paga.

Todo un "magnífico" ejemplo de pésima gestión por el Ministerio de Fomento y por el Departamento de Obras Públicas, Urbanismo, Vivienda y Transportes del Gobierno de Aragón. El primero por no asumir lo que corresponde, que no es otra cosa que garantizar la movilidad a todos los ciudadanos pagando esos trenes regionales. El segundo por no haber negociado con más fuerza para conseguir que el Estado pagara lo que le corresponda y ambos, por no retrasar la puesta en marcha de sus acuerdos hasta que todo esté listo para funcionar correctamente, pues sabemos de muy buena tinta, que ciudadanos de Monzón, por ejemplo, no fueron a Zaragoza ayer porque RENFE informó que no había tren de vuelta a las 20.15 horas. Y lo había, claro que lo había. Otra cosa es que ni la página web de RENFE, ni la telefonista de su servicio de información lo supieran, porque sus jefes políticos no han pensado en el ciudadano y sí en su cuenta de resultados.



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