lunes, 5 de enero de 2009

A VUELTAS CON LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

Llevo unos días viendo y escuchando con cierta indignación la “movida” mediática que se ha montado con todo el tema de las reuniones entre el Presidente del Gobierno del Reino de España, José Luis Rodríguez Zapatero, con el resto de presidentes de comunidades autónomas a costa de la financiación. Sin entrar a valorar resultados de las mismas y partiendo de que debe ser normal el diálogo entre instituciones del Estado, creo que toda esta parafernalia es algo que se podían haber ahorrado, porque lo prioritario ahora mismo sobre financiación, no es la autonómica, si no la municipal. Es posible que el debate existente sobre autonomías, federaciones o países con derechos históricos dentro del Estado, encaje bien mediaticamente pero para mí hay un debate mucho más prioritario y a buen seguro menos mediático, el de la financiación municipal y el de los servicios directos al ciudadano. Los Ayuntamientos son probablemente junto a la Justicia, la administración del Estado más olvidada a la hora de tratar la financiación. El Ayuntamiento suele ser la primera Institución a la que un ciudadano o ciudadana se dirige y son con mucho quienes tienen asumidas más competencias de otras administraciones del Estado sin ver un euro a cambio. Hoy los Ayuntamientos prestan servicios de seguridad ciudadana, transporte, gestionan residencias públicas, centros de educación infantil de 0-3 años, ludotecas, servicios de competición deportiva, servicios sanitarios en ciudades grandes o de bomberos por citar ejemplos. Muchos de estos servicios cuestan importantísimas cantidades económicas a todos los Ayuntamientos y hacen que otros servicios que si deban prestarse, se vean perjudicados por falta de financiación, ya que las deudas de muchos de estos servicios públicos sociales impiden prestar otros. Desde luego para IU la financiación municipal es un derecho irrenunciable, así que señores del PSOE, empiecen a pensar en aumentar la financiación municipal que es verdaderamente necesaria y pueden hacerlo reduciendo gastos por otros lados. Por ejemplo, acaben ya con las diputaciones provinciales y como sigan gestionando así, pueden hacerlo igualmente con las comarcas en Aragón, muchas de las cuales dilapidan el dinero público en gastos más que cuestionables. Y me olvido a propósito de la Institución monárquica pues eso es pedir peras al olmo. A fin de cuentas, no hay partido más monárquico en este país.

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