sábado, 19 de abril de 2008

El futuro de IU según Julio Anguita

He creido conveniente este artículo-propuesta extraido de la página web de Unidad Cívica Por la República.

IU: un proyecto político en vías de extinción

Julio Anguita Los resultados electorales del 9 M no han hecho otra cosa que evidenciar lo que ya era un hecho; IU no tiene más entidad política que sus siglas; una marca devaluada en el mercado electoral y mediático sin incidencia alguna en ningún sector social. La casi total pérdida de representación en el Parlamento no es otra cosa que un ajuste con la realidad. El naufragio de IU comenzó a acentuarse cuando fue evidente para la opinión pública que estaba ante una organización carente de identidad específica y propia y por ello incapaz de fijar siquiera un mínimo estable de respaldo y apoyo. Muchas cosas han cambiado en España y en el mundo desde que fue fundada el 27 de Abril de 1986, pero hay dos fundamentales: las consecuencias de la desaparición de la URSS y el giro de CCOO hacia un sindicato de servicios que comparte con UGT los favores de la administración. Y al hablar de las consecuencias quiero remarcar que me refiero a cómo estos hechos han sido vividos, cómo han sido introyectados en lo personal y en lo colectivo y cómo terminaron derivando hacia posiciones del borrón, cuenta nueva y superación de la fractura de 1920. En unos meses se borraron de la memoria la historia más inmediata y las evidencias del día a día político y sindical. Precisamente su aparición como fuerza política venía a resítuar un espacio político en torno a dos ejes alternativos: El Programa como referencia para las relaciones con los demás y las otras formas de hacer política como el sello de una nueva alianza con la sociedad y especialmente con los sectores más dinámicos y avanzados de la misma. Estas dos características hacían del nuevo proyecto una entidad que pretendía crear instrumentos de intervención social en la política y en la actividad social desde posiciones orientadas a lo que vino en denominarse la Construcción de la Alternativa.

Desde fuera vinieron pronto las operaciones dirigidas a insertar a la nueva fuerza dentro de la dinámica que el nuevo orden mundial preconizaba. El harakiri del PCI, la deriva hacia ese ejemplo de Iniciativa per Catalunya junto con las andanadas mediáticas en torno a las diversas denominaciones de la Casa Común las cuales contaban con grandes y sucesivas cabezas de puente en el interno de IU, marcaron con el estigma de la crisis permanente a la nueva organización. Desde entonces IU ha estado debatiéndose entre la consolidación de su manera específica de ser y la llamada hacia lo inerte: la homologación con el status político buscando en él la legitimidad y la normalización. A pesar de las dificultades IU se desarrolló y avanzó electoralmente. Eran los tiempos del 14 de Diciembre, la Propuesta Sindical Prioritaria y la Iniciativa Sindical de Progreso. También eran los tiempos de un PSOE que evidenciaba la corrupción, el crimen de Estado, las privatizaciones, las desregulaciones y la beautiful people. El hecho de que a pesar de estos escándalos el PSOE mantuviera un suelo electoral muy alto debió servir de advertencia acerca de que el trabajo preferente de IU debiera hacerse en el seno de la sociedad, de las organizaciones obreras, de los colectivos alternativos y culturales. Era aquí donde el Movimiento Político y Social mostraba su necesidad de ser y trabajar. Las alianzas y acuerdos con CGT y USO en torno a las 35 horas reiteraban la lección; IU no debía tener más referente sindical que el marcado por las luchas de cada día, los programas y las alternativas. IU sólo podía avanzar a partir de entonces si ella misma creaba y ampliaba el terreno sobre el cual su rareza política podía enraizarse, crecer y hacer cambiar el entorno. Instalarse en la lógica de cualquier fuerza parlamentaria y desde luego en la del PSOE y su discurso bifocal, era la muerte anunciada. Dudando entre qué camino escoger o lo que es peor, picoteando de unos y otros, las características de IU comenzaron a difuminarse y la confrontación interna entre visiones parciales e interesadas del proyecto se multiplicó, se transformó en una serie de luchas endogámicas por razones más cercanas a las listas electorales que a otra cosa.. Y puestos en ese camino, optando por la vía de la lucha exclusivamente institucional los Estatutos, la democracia interna, la ética y la honestidad política que hacía tiempo venían degradándose empezaron a gozar de unas largas vacaciones. Recordemos las diferencias en cuanto a contenidos, alianzas estables, rigor y claridad entre el debate sobre Mäastricht y los otros muchos que le han seguido. En el seno de IU comenzó a abrirse paso de nuevo la vieja idea de ser diferentes y diferenciados sin abandonar tampoco el rol que el PSOE y sus influencias habían montado en torno al bipartidismo; IU quiso ser la otra cosa pero dentro de un orden. En función de ello el viejo lema del discurso rojo, verde y violeta pasó a ser la denominación de una nueva entidad, el proyecto eco-socialista. Y de nuevo el viejo proyecto confederal de las Izquierdas Periféricas como posibilidad de frenar la caída electoral y crear una confusión calculada que sirviera las diferentes y a veces contrapuestas clientelas electorales. En los últimos años, y ya en plena pendiente, los síntomas de muerte se han multiplicado: la supuesta federalidad ha sido sustituida por taifatos y cuotas de poder (aunque este problema venía de muy lejos), los grupos enfrentados nunca han constituido alianzas estables sino aleatorias y en función de las mejores tajadas en cada lista electoral. Quiero decir que nuestro proyecto de Estado Federal Solidario no ha sido aplicado en nuestra organización. Creo también que su existencia es tan ignorada como la Alternativa Energética, los 11 puntos o los análisis (y propuestas consiguientes) hechos sobre la UE. Y lo que desde luego constituye un dogal para la asfixia total es la deuda que sin ingresos medianamente importantes, puede ser la puntilla que acelere la agonía. ¿Hay solución? Desde hace varios años vengo diciendo que el proyecto de IU tal y como se está desarrollando, estaba muerto y que debíamos prepararnos para ese acontecimiento. No creo que con asambleas ordinarias, métodos clásicos y prácticas rutinarias se salga de esta, al menos como una fuerza política mínimamente estructurada, con una cierta solidez y como proyecto para el Estado Español. Las siglas podrán continuar durante algún tiempo en las CCAA y en las Administraciones Locales, pero irán siendo sustituidas paulatinamente por alianzas electorales de creciente color localista sin más aspiración que ser una bisagra recompensada con cicatería por el PSOE. No, no hay razones ni siquiera indicios de una recuperación o de una posibilidad de remontar la deblacle, en ningún sitio. No nos engañemos con las lecturas de males menores, de avances sobre el mismo ladrillo o de pruritos en dar lecciones magistrales. Los resultados han sido malos, pero si además se presentan como victorias siguen siendo malos y además acompañados de la ceguera. Aquí y por ahora, no valen las comparaciones entre el ciego y el tuerto.El pesimismo con el que vemos la situación está más que fundamentado; no sólo por la curva decreciente de los procesos electorales sino por algo mucha más grave que eso: la degradación de la vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno de la organización.

Creo que confiar en que la Asamblea venidera sirva para solucionar el problema es un ejercicio de candor. Hay un proyecto o si queréis una aspiración, a hacer de IU un trasunto confederal de una formación eco-socialista de viejísimo cuño en cuanto las relaciones de la misma con la sociedad y la opinión publicada. Las llamadas desde los medios de comunicación a la renovación, la apertura a la sociedad y a la izquierda plural acompañadas de la satanización de las siglas PCE ( como si los almuédanos de este mensaje no fueran en su mayoría también del PCE) forman parte de una técnica que hemos sufrido demasiadas veces en IU y en esta casa. Frente a esto no hay proyecto alternativo; hay cenáculos, movidas, alianzas que flor de un día, han durado lo que han tardado la confección de las listas. Es más, las invocaciones a palo seco a conceptos y expresiones como Movimiento Político y Social, Elaboración Colectiva o Democracia han sido manidos incumplidos cuando no prostituidos y será difícil limpiarlos de tantas excrecencias e impurezas. Y sin embargo Sobre esta tierra yerma parece casi imposible cultivar nada viable, serio y con pretensiones de durabilidad y muchísimo menos de ser instrumento de liberación social. Sólo hay un punto de posible regeneración que viene dado por la constatación de dos realidades:

1ª- El campo de acción para una fuerza política como la que pretendió ser IU es tan vasto como un océano. En él se inscriben movimientos de todo tipo que pretenden con sus luchas y sus actividades hacer bueno aquello de que “Otro mundo es posible”. Pero hace falta una organización política que respetando esos movimientos y trabajando lealmente con ellos realice una labor que demuestre como la intervención política no es otra cosa que la intervención de la sociedad para hacer de la Política sinónimo de Transformación social.

2ª- SOBRE LOS TRABAJADORES Y ASALARIADOS SE CIERNE, SO PRETEXTO DE LA CRISIS, UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LA RECESIÓN ES UN HECHO. EL PARO AUMENTA. LOS GOBIERNOS EUROPEOS CLAMAN POR REBAJAS SALARIALES Y LA FLEXI-SEGURIDAD ES YA UN PROYECTO CUYA APLICACIÓN SE PRESENTA COMO INEXORABLE. MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES VAN A SOPORTAR UNA AGRESIÓN QUE LOS CONDENARÁ A SITUACIONES DE PRECARIEDAD, EXCLUSIÓN Y MARGINACIÓN EXTRAORDINARIAS. AHÍ ESTÁ LA DERECHA; NO NOS CONFUNDAMOS POR LAS SIGLAS.
Esta situación a la que los trabajadores y asalariados se van a ver abocados y dentro de ella los colectivos más débiles (mujeres, jóvenes, pensionistas, etc) nos exige, nos clama y nos obliga so pena de traición a nuestra historia y al legado de tantos luchadores, a cambiar radicalmente y Esta coyuntura que se avecina puede y debe ser el agente externo que provoque lo que aún pueda quedar de vivo y nos convoque para sellar una alianza de compromisos en torno a la REFUNDACIÖN de IU.
Y esta Refundación sólo es posible desde un previo acto personal, intransferible y de compromiso a comenzar de cero que se condense en una atmósfera colectiva de voluntad interventora con los mecanismos políticos y las actitudes de una nueva práctica militante. Sin esto que debe ser preceptivo, no se podrá poner en marcha el resto. Estoy llamando a la responsabilidad y a la aceptación sin límites de unas reglas de juego democráticas y del resultado que del debate surja. La propuesta .

La Asamblea federal próxima debe hacer en dos fases.

Primera fase
Desde el acuerdo en la necesidad de volver a empezar a causa de la excepcionalidad del momento, se imponen los siguientes pasos o fases:
1º- La Refundación de IU no puede hacerse en clave endogámica, sería un comienzo estéril. Es preceptivo hacer una Convocatoria abierta a colectivos, personas, ex –militantes, etc para comenzar un proceso ( que puede tener varias denominaciones) por el cual se debatirán y fijarán los ejes, compromisos y características de la nueva IU. 2º- Y ello implica como prenda de cambio y de nuevo comienzo la renovación de al menos el 50% de todos los órganos de dirección, desde la Federal hasta la agrupación básica con las condiciones y plazos que se fijen, pero antes de la primera parte de la Asamblea. Aquellos que hemos ejercido de responsabilidades durante años deberíamos pasar a una segunda fila y desde allí dar el rendimiento, el apoyo y la lealtad a las nuevas direcciones.
3º- Desde este momento la primera parte de la Asamblea debate y desarrolla los puntos y ejes que estructurarán a IU. A mi juicio son los siguientes: 3.-1 IU, Movimiento Político y Social Organizado que fija su objetivo en la permanente Construcción de la Alternativa a la sociedad, el Estado, la cultura existente y los valores dominantes. La superación del Capitalismo tendría como proyecto inmediato de trabajo la consecución de los objetivos que ya marcamos en IU: Una sociedad de Pleno Empleo de calidad. Una Economía desde la óptica del Desarrollo ecológicamente sostenible. Una Protección Social plena. Reparto del Trabajo. Y junto a ello las acciones de política económico-fiscal necesarias para ello.
3.-2 Democracia Radical en IU. Publicidad permanente de los censos de militancia y libre acceso para quien quiera consultarlos. Reglamentos que fijen con precisión la publicidad de los acuerdos orgánicos hacia la militancia, que regulen el régimen se sesiones, deliberaciones y acuerdos así como la información previa y documentada en cada sesión. Revocación de los cargos públicos por las asambleas competentes u órganos competentes que los eligieron como candidatos en las elecciones. Elección de direcciones tras la presentación de un programa del que rendirán cuenta en las sesiones habilitadas para ello. Finanzas claras, transparentes y co-responsables. Militancia efectiva según posibilidades.
3.-3 Elaboración Colectiva. Esta seña de identidad no es sino la aplicación en el marco de lo concreto de la alianza social en torno a objetivos, métodos y valores. Sin que los ciudadanos participen en la elaboración de las soluciones para sus problemas no habrá nunca conciencia de la realidad, sus límites y el papel que la Democracia tiene en el cambio social. Pero la elaboración colectiva no es la creación de un gabinete de asesores que elaboran papeles para los cargos públicos es básicamente un mecanismo de participación democrática en las decisiones de IU, es un mecanismo de aportación e intervención en las líneas de actuación de la actividad política y social y también en las políticas a realizar en las instituciones. Las Áreas como un mecanismo de elaboración (pueden haber otros más) deben ser organizadas de tal manera que los militantes y dirigentes participen en ellas habitualmente. En las elaboraciones que sobre ellas hemos en IU hay material suficiente para concretar su organización, funciones y participación política.
3.-4 IU es una fuerza política de carácter federal. Y esta apuesta que proviene de nuestra concepción del Estado no significa otra cosa que otra forma de concebir el acuerdo de un Estado unitario que busca su cohesión desde el consenso el acuerdo, la atribución clara de competencias, funciones y responsabilidades. La federalidad es incompatible con los taifatos. Una idea debe quedar clara: la federalidad es un reconocimiento a la diversidad pero en el marco de una visión común de la Transformación social. La transitoriedad de Estados , nacionalidades y entes territoriales ante la concepción de un mundo nuevo, solidario y sin fronteras debe estar siempre presente.
4.-4.- Escrupulosa legalidad. Una fuerza política que se pretenda democrática debe guiar sus actuaciones internas y su funcionamiento por el respeto y ejercicio de la legalidad. Estatutos, reglamentos, régimen de sesiones y toma de acuerdos deben ajustarse totalmente a las reglas de juego estatuidas libre y soberanamente por el colectivo. Las comisiones de Garantías no pueden ser concebidas con órganos para salir del paso cuando no como cementerio elefantes. Es inadmisible que los Estatutos sufran cambios para legalizar acciones o situaciones que contradicen abiertamente los principios éticos y políticos de IU.
4.-5.- IU no puede definirse por una serie interminable de adjetivos. La aceptación y desarrollo de los DDHH en sus tres generaciones, la asunción en la teoría y en la práctica de otras aportaciones a la causa de la plena emancipación humana es una seña de identidad irrenunciable para cualquier organización que pretenda ser revolucionaria o transformadora. Desde hace muchos años explicitamos que nuestro discurso es rojo, verde y violeta. No sigamos añadiendo adjetivaciones al sustantivo fundamental. Asumamos la historia del movimiento obrero y los nuevos proyectos de liberación. IU es un proyecto de Izquierda, sin más.
4.-6.- IU no tiene más referencias sindicales que las derivadas de las alianzas coincidencias y movilizaciones que en cada momento puedan producirse El Programa estratégico, la coincidencia táctica, la acción puntual o la coyuntura favorable para una movilización acorde con los intereses de los que aspiramos a representar, es la única pauta para cualquier tipo de relación política y sindical.
4.-5.- IU se define como una organización republicana. La condición republicana de IU no es una mera adjetivación para la galería. La organización debe fijar en sus Estatutos, discurso y práctica política su decidida voluntad de que la III República española sea una realidad mediante el acuerdo activo, la participación democrática y la divulgación ciudadana de los valores, ética y contenidos de la Constitución de la III República. Nuestro republicanismo no está hecho de nostalgias sino de proyectos para hoy. El desarrollo de esta decisión implica una serie de actuaciones, formas de trabajo y expresiones públicas que sin caer en estridencias gratuitas manifiesten firme, serena e inequívocamente nuestra entidad y nuestra propuesta a la ciudadanía. En consecuencia uno de los trabajos de IU debe ser colaborar y aportar en la puesta en marcha del proceso constituyente de la III República. Una vez que estos puntos hayan sido discutidos, asumidos y sistematizados en una única Tesis político- organizativa la primera parte de la Asamblea los aprueba y pone en marcha el desarrollo de los mismos.

Segunda fase. Una vez que la primera fase haya sido culminada se procederá a la convocatoria de la segunda. En ella se ratificarán lo hecho como desarrollo de la primera y se aprobará una Tesis político-organizativa para los años siguientes hasta la próxima Asamblea. Pretendo con esta distinción separar lo que para mí constituye una invariante, los principios de IU que no pueden estar siempre al albur de cualquier Asamblea, de las líneas políticas y programas que constituyen el mandato para casa Asamblea específica.
En esta segunda fase las direcciones deben, con el mismo método que la anterior, proceder a su renovación en un 25% de lo que anteriormente no se renovó y al porcentaje o casos particulares que se estimen conveniente de los anteriormente renovados. Los Estatutos deberán fijar los años de duración de los mandatos. Esta es mi opinión y mi propuesta. Sé que al hacerla puedo levantar suspicacias incluso escándalos pero creo que es la única manera de poner en pie una necesidad.

1 comentario:

Antoni Puig Solé dijo...

Julio Anguita me merece un gran repeto. Creo, no obstante, que en algunos de sus análisis es un poquitín simplista. No se puede despachar , por ejemplo, el papel y la evolución del movimiento sindical, diciendo que CC.OO se ha transformado en un sindicato de servicios. La situación tiene más aristas.
Llevo un tiempo reflexionando, junto con el compañero Ferran Fullá sobre estos temas. En diferentes Conferencia sobre Marx Siglo XXI, celebradas en La Habana, hemos presentado ponencias que hacen referencia a: El tipo de partido que necesitamos, la intervención en el movimiento sindical y la necesidad de persistir en el marxismo. A continuación dejo el enlace para acceder a dichas ponencias:

Clase obrera y partido político. Experiencias históricas a escala internacional
¿A quién sirven los marxistas?
Los marxistas, las cuestiones sindicales y las relaciones entre sindicatos y partido